|
Information about the
Exhibition of textile ajuar of the image of the Painful
Madonna,
work of Francisco Salzillo (1755)
which is one of the most interesting textile sumptuary
sets in 18th century Spain
Press Release in Spanish:
Manuel Pérez Sánchez.
Profesor Titular de Artes Decorativas
Departamento de Historia del Arte
Universidad de Murcia.
El camino doctrinal basado en la exaltación devota de la
Virgen encontrará en las cofradías pasionarias un
vehículo en todo favorable para acoger la iconografía
dolorosa de María que a partir del episcopado de
Belluga, principal impulsor de esta devoción, obtiene en
los cortejos de Semana Santa un destacado protagonismo
frente al mero papel secundario del que hasta entonces
gozaba bajo la representación de Soledad. Una vez más
la carga emocional que transmite el peso de la devoción
consolidada y la materialización de la misma mediante la
magia de Francisco Salzillo con un modelo revolucionario
y exquisito, en lo que lo italiano, se enfatiza con la
sutileza del rococó levantino, convierten el símbolo en
puro sentimiento vivido Fijado ese patrón con las tallas
de la Virgen del Primer Dolor california , y muy especial
con la de la murciana cofradía de Jesús, la Dolorosa
salzillesca se alza como la más genuina representación
de la Virgen en las tierras del obispado de Cartagena,
canalizándose a través de ella la auténtica dimensión
de la sensibilidad religiosa del siglo XVIII en Murcia.
Cuando en 1755 el escultor haga entrega de La Dolorosa no
sólo lega a la cofradía de Jesús una talla perfecta en
intensidad dramática sino que logra, a partir de la
recreación a la plástica del lienzo de Pietro Paolo
Baldini, que preside la capilla servita de San Marcello
al Corso de Roma, sintetizar en la imagen,
incorporándola a ella, la fastuosidad y los progresos
suntuarios de la España de Fernando VI.
Así, los tejidos brocados, auténtica exaltación del
color y la luminosidad tan gratos a la estética del
rococó, adquieren una significación hasta entonces
desconocida para una imagen de estas características,
cuya hechura y dibujo también serán diseño del propio
Salzillo en ese afán perfeccionista de alcanzar la obra
de arte impecable e íntegra. Esa innovación de la
incorporación del color así como el empleo discreto de
encajes, blondas y lazos, tan característicos de la
indumentaria del Setecientos, constituyen, en definitiva,
galas vinculadas a lo levantino, a la tierras de la seda,
a las que se suman las técnicas del bordado y la
pasamanería para la plasmación del ideal dieciochesco y
cosmopolita. Ese alarde suntuario, elegante y sin
estridencias, se ha convertido en el referente de una
iconografía auténticamente murciana, siempre fiel a lo
marcado por Salzillo y atesorando desde entonces
magníficos ejemplos de tejidos brochados de la más
genuina tradición rococó.
Por último, reseñar la gran labor llevada a cabo en
estos últimos años por los diferentes vestidores de la
imagen por mantener y preservar el encanto y toda la
gracia de lo que es, sin duda alguna, la más excelsa
imagen de vestir de Murcia.
|